Debió ser en el 2005 ("quizás fue por Mayo, cuando los trigos encañan y estan los campos en flor, cuando los enamorados van a servir al amor"... pero mi memoria no da para tanto) cuando para llegar a mi estudio había que atravesar un pequeño pinar y cruzar, a lo loco y con mucho ojo, la via del cercanias Atocha/Aranjuez a su paso por Getafe. Allí, tirados en el pinar, estaban los dos, ella y él... Pero lo cierto es que yo sólo tenía ojos para ella.
¡Que encuentro más inesperado! Me dirigía a mi estudio a pintar sin tener ninguna idea, ni un boceto. Pero ahora tenía una modelo y un modelo atrapados en las instantaneas de un catálogo de moda de una marca famosa que comienza por "Z" y de cuyo nombre no quiero acordarme.
Hacia unos dias que había comprado un aerógrafo a fin de retornar, en plan revival, a mis origenes en los que pintura y "aire" se mezclaban para adornar (o eso quiero pensar yo) las paredes de vete tu a saber que sitios... Ahora todo era un poco diferente ya que tenía un estudio, un aerógrafo, una modelo y de soporte... un lienzo. ¿Un lienzo?, ¿funcionará?
Los problemas se sucedían. El lienzo absorvía toda la pintura lo que exigió gran cantidad de pintura muy cubriente (adios a los degradados suaves y bienvenida a los atascos continuos de aerógrafo). Corté algunas plantillas sobre el dibujo con un acetato tan fino que el corte caló el lienzo (nunca conseguí disimularlo del todo ya que el lienzo absorvía la pintura revelando su textura y sus mutilaciones). Y, por último, mi destreza con el aerógrafo aún no era suficiente como para dar un acabado bueno al trabajo...
Pero, a pesar de todo ello, nos dió igual... porque tu y yo sabemos que siempre serás la primera...
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